Una extensa pero suave escalera nos ofrece el acceso a una pequeña ensenada y, tan sólo avanzando hasta la línea del acantilado, el visitante se topa con el arenal que se extiende hacia el oeste.
Acantilados calcáreos de tonos calientes, muy fracturados y con fisuras, envuelven la playa, generando una notable diversidad de curiosos modelados rocosos: arcos, grutas, rocas y cuevas (pozos naturales, sólo visibles desde la cima del acantilado).
La diversidad de hábitats marinos también es importante: los entornos rocosos cobijan anémonas, erizos y estrellas de mar, camarones, mulas y cardúmenes de sargos, marrajos, julias, tordos o pejerreyes.
El campo de hierbas marinas más occidental de la costa algarvía esconde juveniles y curiosos pulpos y sepias.
Aquí se puede realizar un recorrido por la naturaleza subacuática, accesible con gafas y aletas de buceo o con equipo de submarinismo autónomo.
De vuelta en tierra firme, déjese seducir por los campos de orquídeas que florecen en la primavera, visibles en las inmediaciones del merendero en la cima del acantilado.
Acceso a la Playa de Marinha
Acceso asfaltado desde la EN 125, girando hacia el sur junto a la Escuela Internacional del Algarve y siguiendo las indicaciones hacia la playa, que queda a unos 4,5 km de la EN 125.
Aparcamiento amplio y organizado.
Servicios (restaurante y WC) y vigilancia en la época de baño.
Orientación: Sur.