El secreto más famoso de Europa

El secreto más famoso de Europa

La Sierra de Monchique es un sistema montañoso del Algarve Occidental y su punto más elevado supera los 900 metros.

Es probable que ya haya oído hablar de Algarve.

Tal vez un amigo le haya descrito una de sus magníficas playas. Puede que haya visto un reportaje sobre su gastronomía o que ya haya pasado por sus manos un folleto.

Pero hay un Algarve que aún le queda por ver, saborear y explorar: el Algarve de las personas.

Hace casi tres mil años que fenicios, cartagineses, griegos, romanos, godos, magrebíes y mauritanos hacen lo mismo que usted, pasar por aquí. Fue cambiando de dueños hasta que, en 1249, Al-Gharb (Occidente) fue definitivamente conquistado al mundo islámico por Don Sancho II, que pasó a ostentar el título de Rey de Portugal y del Algarve.

Desde entonces las gentes de Algarve poseen un orgullo que les incita a revelar a los visitantes los secretos más inconfesables de la región, grandes entusiastas que no se cansan de compartir sus playas favoritas, pequeñas aldeas escondidas y sendas naturales, o de recomendar el mejor restaurante para comer almejas…

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POR LA SIERRA DE MONCHIQUE

Caldas de Monchique > Marmelete

Paisajes de agua y vegetación en un horizonte de mar. En los valles floridos, los sonidos del agua se mezclan con el canto de las aves. Redescubrimos las termas, los sabores de la sierra y de la tierra: embutidos, miel, madroño.

En este recorrido por la SIERRA DE MONCHIQUE, la ‘Sintra del Algarve’, los paisajes son de agua y de abundante vegetación. Fuentes y riveras surgen en cada rincón, en un juego de sombra y luz entre pinos, madroños y castaños. Redescubrimos las termas y descansamos junto a árboles seculares. Qué bien sabe un picnic en familia, arropados por un espacio natural florido, escuchando los sonidos del agua que se mezclan con el canto de las aves. Nos deleitamos con los sabores de la sierra y de la tierra: embutidos, miel y madroño.

Pasamos por picos y montes que nos conducen a valles acogedores y de una exuberante belleza florística: camelias, acacias y peonias. Con sus 902 metros, Fóia se muestra imponente y constituye un impresionante mirador natural con vistas al Algarve y Alentejo en un horizonte de mar y sierra.

Caldas de Monchique > Alferce. 16 Kilómetros en coche.

Saliendo de Portimao o Silves y subiendo en dirección a Monchique, después de una curva, nos sorprende el verde que descansa sobre una colina punteada por el colorido de las casas. Llegamos a CALDAS DE MONCHIQUE. La identidad de esta población está íntimamente ligada a la riqueza de sus aguas y a sus propiedades curativas. Ya en 1495, D. Joao II visitaba las termas para tomar baños y recuperarse de su enfermedad. Conectado a este patrimonio termomineral está el Complejo de las Termas de Monchique, que actualmente cuenta no sólo con una oferta turística de salud, sino también de bienestar y belleza. Los spas completan la oferta tradicionalmente centrada en problemas digestivos, óseos o respiratorios.

Para el tratamiento de varias enfermedades, o simplemente para unas vacaciones relajantes, el Complejo Natural das Caldas ofrece un paisaje de agua y vegetación deslumbrante. Fuentes, riveras y regatos aparecen en cada rincón, en un juego de sombra y luz en el que predomina el verde. Plantas raras y árboles seculares, pinos, madroños, camelias y acacias surgen por los caminos y veredas que invitan a paseos tranquilos o a picnics en familia, en un contacto revitalizante con la naturaleza.

En Caldas, recomendamos un paseo hasta la Fonte dos Amores (fuente), situada en un merendero a la sombra de eucaliptos ancestrales. Aprecie el complejo arquitectónico, que es de una enorme belleza y recuerda en su forma a una sierra montañosa. Entre el patrimonio cultural y local destaca la Ermida das Caldas (ermita).

Alferce > Monchique. 9 kilómetros en coche.

Salimos de Caldas de Monchique en dirección a Monchique y enseguida, a la entrada de la villa, giramos a la derecha en la EN 267 hacia ALFERCE. En esta carretera podemos subir al Cerro da Picota. Con sus 774 metros, es uno de los puntos más altos y escarpados de la Sierra de Monchique, y aquí podemos visitar el Miradouro da Picota (mirador). Quedamos deslumbrados con la maravillosa vista sobre la sierra. Regresamos a la EN 267 y nos sorprende un árbol monumental, el ‘roble de Canarias’ o de Monchique – Quercus canariensis.

Más adelante, en una colina que se eleva entre campos de olivos, encontramos una aldea rural de casas blancas y flores en las puertas. Según se cree, el nombre Alferce deriva de alfaraç (caballero) y puede estar relacionado con la presencia musulmana en esta aldea. Merece una visita la iglesia parroquial de nave única y capilla mayor rectangular. Dedicada a Sao Romao (San Román), la iglesia habría sido construida a finales del siglo XV y renovada en 1578, fecha que aparece inscrita en el cierre del arco triunfal. Cabe destacar, además, la primitiva imagen del patrono en piedra, la cubierta de la capilla mayor, su retablo tallado y la puerta ojival. Los testimonios materiales visibles en esta iglesia sitúan Alferce a finales del siglo XV. De hecho, en el siglo XVI, se produjo un movimiento de emancipación durante el que se crearon nuevas parroquias, y Alferce parece haber sido uno de los resultados de dicho movimiento.

Nos dirigimos al Barranco do Demo, donde existe una garganta cuyas aguas van a desembocar a la Ribeira de Monchique (rivera), en un paisaje de rara belleza con vistas a los contrafuertes de la Sierra de Monchique. El águila de Bonelli, emblema de la avifauna del sur de Portugal y Europa, a pesar de su rareza, está en crecimiento en esta zona del suroeste. El águila de Bonelli nidifica en los eucaliptos de gran porte, mientras que más al norte prefiere las vertientes rocosas.

Categories: Monchique, Naturaleza

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